Estos
días se habla mucho sobre los actos que desde la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca están realizando en domicilios de distintos diputados y cargos
públicos con el fin de informales sobre la realidad social que muchos
ciudadanos estamos pasando.
Una
realidad social que muchos de ellos hacer oídos sordos o miran para otro lado
como si la cosa no fuera con ellos.
El miedo
está cambiando de bando y cada vez más ciudadanos participan en estas protestas
y denuncias de una dura realidad social, donde muchas familias no solo pierden
su trabajo sino hasta su vivienda teniéndose que ir a vivir a la calle.
¿Qué instrumento
tiene el poder para combatir y reprimir esta protesta social? La respuesta el fácil,
la fuerza del estado encarnada en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado. Dice el Gobierno del PP que
estas protestas son “ilegales” y hasta
la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes ha comparado a los manifestantes con terroristas. El poder siempre se ampara en el uso del miedo y la fuerza como instrumento de coacción contra los ciudadanos que usamos la protesta como forma de cambio de una realidad social injusta que están viviendo cada día más familias en nuestro país.
Pues
desde aquí digo que la protesta social contra desigualdades sociales, violación
de derechos fundamentales como es la vivienda son totalmente legales y están amparados
por tratados internacionales que el estado español tiene firmados.
1. Toda
persona tiene derecho, individual o colectivamente, a participar en actividades
pacíficas contra las violaciones de los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
2. El
Estado garantizará la protección por las autoridades competentes de toda
persona, individual o colectivamente, frente a toda violencia, amenaza, represalia,
discriminación, negativa de hecho o de derecho, presión o cualquier otra acción
arbitraria resultante del ejercicio legítimo de los derechos mencionados en la
presente Declaración.
3. A
este respecto, toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a una
protección eficaz de las leyes nacionales al reaccionar u oponerse, por medios
pacíficos, a actividades y actos, con inclusión de las omisiones, imputables a
los Estados que causen violaciones de los derechos humanos y las libertades
fundamentales, así como a actos de violencia perpetrados por grupos o
particulares que afecten el disfrute de los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
De todas formas el poder ilegitimo, corrupto y amenazo por banqueros y grandes poderes financieros se enmarcaran y ampararán en la Ley Corcuera (LO 1/92 de 21 de febrero) para intentar amedrentar a todos los que participen con el único pretexto de amedrentar al ciudadano.
De todas formas el poder ilegitimo, corrupto y amenazo por banqueros y grandes poderes financieros se enmarcaran y ampararán en la Ley Corcuera (LO 1/92 de 21 de febrero) para intentar amedrentar a todos los que participen con el único pretexto de amedrentar al ciudadano.