El
proceso de globalización hay que advertir que no tiene porque ser ni bueno ni
malo, lo malo puede ser la lectura que se haga de ello.
La
globalización implica una pluralidad de procesos (económicos, políticos,
culturales, sociales,..) Bajo esta diversidad de procesos hay unas relaciones
de poder y dominación. Podemos hablar de una globalización desde arriba y de
una globalización desde abajo.
La
globalización desde arriba es la que se impone, es la que representa los
intereses de algunos Estados y desde los “mercados”. Esta globalización atiende
a unos intereses muy concretos, las consecuencias de estos pueden proyectar una
imagen negativa del conjunto de la globalización. La globalización desde arriba
está dominada por una visión economicista. Esto lo explica Vicenç Navarro
diciendo que la globalización sería una internacionalización de la economía que
favorece a las clases dominantes del Norte y del Sur sobre las clases dominadas
del Norte y del Sur.
Es una
globalización que pretende imponer la ley del mercado como único instrumento de
regulación social. De esta forma todo el aparato jurídico-político debe ir
destinado a la apertura de los mercados, a que no haya ningún límite externo al
funcionamiento de los mercados, que vayan destinados a establecer condiciones
favorables a los intereses de los macroagentes privados. Más en concreto en los
sistemas jurídicos nos encontramos normas que avanzan a liberalizar los
mercados, favorecen la movilidad de capital, pero no encontramos normas para
favorecer las situaciones de desigualdad. Los informes de organizaciones
internacionales denuncian estas situaciones de desigualdad entre países y también
dentro de los países. Nos encontramos normas que regulan la concentración de
capital, que evitan la deslocalización de empresas , que regulan los
movimientos financieros, etc.
Otra
consecuencia de esta globalización desde arriba es el debilitamiento o pérdida
de influencia de los espacios tradicionales de decisión (los Estados). Con la
imposición de la lex mercatoria tienen menos poder los Estados en pro de los “mercados”.
Esto tiene repercusión en los derechos fundamentales, ya que los estados son
los que deben garantizar estos derechos y están debilitados. También se produce
una crisis de decisión. Se trata de que se facilite la gobernabilidad, que se
marquen políticas que se preocupen realmente por los derechos de las personas.
Como
consecuencia de la lex mercatoria tiene lugar un proceso de desjudicialización
y de desregulación a nivel local, y esto pone de manifiesto una crisis en el
sistema del Derecho.
La
globalización desde abajo es la impulsada desde algunas ONG´s; tiene mucho más
que ver con el rebajo en red de los foros sociales. Con esta globalización se
pretende una sociedad global construida desde el compromiso de los Derechos
Humanos, en particular en los derechos económicos, sociales y culturales. Estos
derechos son igual de fundamentales que los derechos civiles y políticos porque
su objetivo es el mismo: que la persona tenga una vida digna. En la
globalización desde abajo es importante que la relación entre los derechos
económicos, sociales y culturales y los derechos civiles y políticos sea
indivisibles y necesaria, si no hay unos no hay otros.
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