domingo, 20 de junio de 2010

En memoria del escritor y premio Nobel José Saramago


El autor de “Memorial del convento”, “El evangelio según Jesucristo”, o “La balsa de piedra”, que había recibido el premio Nobel de literatura en 1998, vivía en Lanzarote desde 1993 con su esposa, la periodista Pilar del Río. Había sido hospitalizado varias veces en estos últimos años, principalmente por problemas respiratorios.

Según los medios españoles, que citan fuentes familiares, el escritor falleció este viernes en su domicilio tras haber pasado “una noche tranquila”

¿El Nobel ? “es como ser Miss Portugal, dijo en una entrevista concedida a l´Humanité, al año siguiente se la ha olvidado.”

Durante el Foro Social Europeo de 2003, este escritor comprometido, miembro desde 1969 del Partido Comunista Portugués, firmante del Manifiesto altermundialista de Porto Alegre escribía :

“Una Europa de culturas plurales, una Europa descentralizada, una Europa de las diferencias estaría obligada, por su propia naturaleza, a mantener una relación de paridad operativa entre las diversas culturas que la componen, todas las culturas sin excepción. Debería respetar el espacio propio de todas como iguales de pleno derecho sin sujeción a otras, que por razones políticas y estratégicas se comportan de manera imperial, como por una especie de derecho divino, recogiendo todos los beneficios y las ventajas burdamente materiales que cualquier tipo de hegemonismo favorece (…). Lo que presupone indudablemente la necesidad de una nueva idea de democracia, si no queremos hundirnos en el desastre, esto es lo que propongo a los Europeos.”

Saramago de sí mismo :

“Soy un escritor realista, se defendía. En el sentido más amplio de la palabra. Creo sin embargo que es una pérdida de tiempo poner etiquetas en los cajones : realismo, surrealismo, expresionismo, simbolismo… La vida en su abundancia, fluye en todo momento fuera de las categorías establecidas a priori. Imaginemos una alta torre. En la cima, en una sala circular, donde sólo hubiera una ventana para observar el paisaje. Si hubiera varias ventanas, se podría abarcar con la mirada un paisaje más amplio. Si insisten en decirme : “ésta es tu ventana”, se me priva de un mayor ángulo de visión posible. En mi trabajo de escritor utilizo todo lo que necesito, no importa que venga del surrealismo, del expresionismo, del existencialismo o de no sé dónde. Aprovecho lo bueno donde lo puedo encontrar, incluso en los siglos XVI y XVII, una verdadera edad de oro de la literatura que para mí permanece viva, aunque sólo sea por su dominio de la alegoría. "

“Ensayo sobre la ceguera” : esta historia en la que, de repente, la ceguera se convierte en una enfermedad contagiosa... Podría haber sido una novela negra, pero yo quería que fuera una alegoría, una forma metafórica de decir que todos estamos ciegos, quienes utilizan la razón contra la vida.

Catorce productores norteamericanos, al menos, me han propuesto hacer un filme con “Ensayo sobre la ceguera”. Me he negado. Habrían hecho de mi novela una cosa abominable, con el porcentaje obligado de violencia y de sexo. La gravedad que he buscado transmitir habría desaparecido”.

Fotografía: Marcos Ana (izquierda) y Saramago (derecha) Imagen del libro Decidme como es un arglo de Marcos Ana.






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1 comentario:

Lana Retnifse dijo...

No dejen de leer 'Alzado del suelo'.