En este proceso ya se perdieron hace años los 3 cedros que acompañaban al que ahora queda solitario en la plaza del Mercado. Ninguna corporación municipal se ha preocupado de restituir aquella imagen de los grandes cedros junto a la catedral de la Redonda y parecen que esperan a que se muera el último para despejar bien la plaza para ferias, stands y actividades de lo más variopintas.
Tampoco nadie repuso el impresionante cedro del Líbano que murió en las obras del Espolón, en vez de ello fue colocada una escultura que bien habría podido ocupar cualquier otro espacio.
Las últimas remodelaciones de espacios en el centro ya sabemos bien como acaban, unos árboles se desahucian directamente y otros quedan secos meses después tras la falta de cuidado con que se acometen las obras. Todo parece importar poco, pues luego se oculta con cifras de nuevos árboles plantados que como mucho tendrán otros 10 o 15 años hasta que una nueva remodelación vuelva a arrancarlos. El resultado es un centro con arbolado decorativo de portes escasos y con poco interés medioambiental o patrimonial.
En el caso de la glorieta del Dr. Zubía se trata de uno de los pocos lugares del centro de Logroño donde cría un pequeño buho migrador, el autillo. Esta rapaz nocturna que se alimenta de insectos, puede escucharse aquí en el medio de la ciudad entre abril y septiembre y ocupa la glorieta precisamente porque es una de las pocas que aún mantiene cierto arbolado con entidad. Se trata de un lujo contar con una especie así a escasos metros de nuestras casas y eso a pesar de que cada vez lo tiene más difícil por la desaparición del arbolado de mayor porte.
Hace algunos años la glorieta ya sufrió un recorte importante, en ambas aceras de la calle Duquesa de La Victoria se talaron todos los árboles. En aquella ocasión se dijo que había que quitar algunos árboles que estaban en mal estado y que se repondrían en seguida, cualquier puede consultar las hemerotecas de la época.
Ni todo lo que quitaron estaba en mal estado, ni se repuso un solo árbol, durante un tiempo se mantuvieron los alcorques abiertos para engañar a los ciudadanos y cuando todo pasó se cerraron con el mismo pavimento del perímetro de la glorieta.
Cualquiera puede comprobarlo hoy en día, allí ya no están los árboles que hubo pero se adivinan los alcorques sellados y junto a ellos una fila de coches aparcados que entonces no estaban y que, esos sí, no parecen molestar a nadie.
Tristemente comprobamos que desde el ayuntamiento, ni había entonces, ni hay ahora, interés por mantener el patrimonio que supone el arbolado de la glorieta del Dr. Zubía. Un arbolado capaz de dar cobijo a una especie tan singular como el autillo, que contra viento y marea sigue ahí, aunque quizá no por mucho tiempo. Por eso ante el anuncio del equipo municipal de abrir claros en la glorieta, nos manifestamos muy claramente, Ecologistas en Acción no permitirá un recorte más en el arbolado de la Glorieta del Dr. Zubía.
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