La crisis que estamos padeciendo no ha venido del cielo, ni es solamente una crisis financiera. Tiene responsables y es una crisis global del sistema capitalista. La estamos pagando los trabajadores, con más de 4 millones de parados, con 1,3 millones de familias en las que todos sus integrantes están en paro, con más de 1 millón de parados que ya no perciben ninguna prestación y que están tramitando, con no pocas dificultades una escasa ayuda de 420 euros.
En España, la crisis internacional tiene una especial virulencia como consecuencia de un modelo productivo injusto y agotado. Un modelo productivo basado en salarios bajos, alta precariedad y escasa protección social, en la especulación inmobiliaria y en sectores con empleos de baja calidad. Un modelo unido a la corrupción que está corroyendo la democracia y desprestigiando la política. Un modelo productivo que han impulsado tanto el PP como el PSOE.
La gran patronal y la derecha siguen defendiendo las mismas políticas neoliberales que nos han llevado a esta situación: despido barato y fácil, menores costes salariales, reducir cotiza ciones a la Seguridad Social para debilitar el sistema público de pensiones, menos gasto público que lleve al Estado a su mínima expresión, el mercado actuando por encima del interés general, etc.
Por su parte, el Gobierno no adopta medidas que pueden conducir a una salida de la crisis basada en el pleno empleo, digno y de calidad. Cede ante las presiones de la derecha, dedica decenas de miles de millones de euros para resolver los problemas de Cajas y Bancos mientras renuncia a apoyar la economía real, hace suyas las propuestas neoliberales y se limita a endulzar sus consecuencias con algunas pequeñas ayudas paliativas, mientras crece la pobreza y avanza la desestructuración social.
Es preciso detener la ofensiva de la gran patronal y derrotar definitivamente las políticas neoliberales, causa de la crisis y de su gravedad. Es imprescindible otra política. El Gobierno no puede seguir mirando hacia su derecha con las piernas temblando. Es necesaria más izquierda y sólo con la movilización popular se podrá conseguir.
En este 12 de diciembre de lucha, Izquierda Unida subraya que SI hay salida para la crisis en un sentido de progreso, de avance hacia el pleno empleo, de reconocimiento de la dignidad del trabajo y de desarrollo de la democracia económica. Esa salida debe tener contenidos como los siguientes:
Solución digna para los trabajadores en paro que ya no cobran prestación: un Plan de Empleo y Formación en colaboración con los Ayuntamientos.
Creación de empleo mediante el apoyo a las pequeñas empresas. Asegurar el crédito necesario para la actividad productiva.
Subvención a la reforma de la vivienda habitual para climatización, mejora de conducciones eléctricas y de fontanería, accesibilidad, etc.
Creación de empleo público en sectores como educación de 0 a 3 años, salud, Ley de Dependencia, etc. Mejores servicios públicos.
Eliminación de toda discriminación en el trabajo y en el salario por razones de sexo u origen.
Reparto del trabajo existente. Reducción de la jornada a 35 horas semanales sin pérdida de salario.
Refuerzo de la Seguridad Social y del sistema público de pensiones.
Aplicación de una reforma fiscal progresiva, que aumente los recursos del Estado para hacer frente a la crisis. Que paguen más quienes más tienen y ganan.
Recuperación de una Banca Pública que permita hacer llegar el crédito necesario en buenas condiciones a empresas y familias.
Creación de un parque de viviendas en alquiler limitado que permita un techo digno a quienes hoy no pueden comprar una vivienda.
Suspensión de los procesos de desahucio y embargo de la vivienda a quienes están en el paro.
Fortalecimiento de la inversión pública en centros educativos y sanitarios, infraestructuras y redes de transporte sostenible.
Reforzamiento de la inversión pública en I+D+i para alcanzar una economía con menor dependencia tecnológica.
Creación de un fuerte sector público que lidere las transformaciones fundamentales de sectores productivos estratégicos como la energía.
Impulso de un nuevo modelo productivo, cuyo objetivo sea el pleno empleo, digno y de calidad, un desarrollo medioambientalmente sostenible y una auténtica democracia económica, creando las bases para una sociedad más justa e igualitaria.
Para lograrlo es necesario avanzar hacia movilizaciones mas fuertes y amplias en las calles y en las empresas y es imprescindible una auténtica política de izquierdas.