La Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales. Sin embargo, el reconocimiento de los derechos y la igualdad social de las personas LGTB no ha finalizado. En el Estado Español, en los últimos años y gracias a las luchas continuas de los movimientos LGTB, se ha conseguido avances como la aprobación del matrimonio homosexual o la Ley de Identidad de Género, pero la presión de la LGTBfobia sigue coartando la libertad de estas personas, provocándoles problemas de aceptación personal o persuadiéndolas de que no pueden vivir con su orientación sexual o identidad de género con absoluta naturalidad.
Por un lado, la lesbofia, la homofobia y la bifobia es una forma de discriminación, odio o miedo hacia las lesbianas, gays y bisexuales. Se traduce, muchas veces, en atentados contra la integridad física, psíquica y social, coartando su libertad y su condición de ciudadanía. Por otro lado, la transfobia es el odio y rechazo hacia las personas transexuales y es una forma de discriminación por no seguir los roles sociales sobre hombres y mujeres. La LGTBfobia, al igual que el racismo o la xenofobia, atentan contra la igualdad y la libertad de las personas y son un producto más del sistema patriarcal.
Hoy en día, en alrededor de 80 países del mundo, criminalizan la homosexualidad y la transexualidad con penas de prisión e incluso, con penas de muerte. Además en nuestra sociedad, a pesar de los avances, la discriminación por orientación sexual e identidad de género son una realidad cotidiana: el afecto entre personas del mismo sexo o la presencia en un lugar público de una persona transexual, provocan muestras de odio y rechazo, que a su vez conllevan un sufrimiento intolerable y una presión para que estas personas oculten una parte importante de su integridad emocional.
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España queremos mostrar nuestro absoluto rechazo hacia la LGTBfobia, así como a cualquier injusticia del género humano, puesto que, las diferencias, no implican desigualdad. Todo ello para conseguir una sociedad igualitaria sin ningún tipo de exclusión social, comenzando desde una educación pública, gratuita, laica y libre de heterosexismo así como condenando las persecuciones a las personas LGTB, que no son más que un muestra de intolerancia y fascismo.
Exigimos a los sindicatos que incluyan medidas contra la LGTBfobia a la hora de negociar los convenios colectivos en los diferentes centros de trabajo, con el fin que se las y los obreros LGTB no sufran además de una precaria situación laboral discriminación por su orientación sexual.
Por un lado, la lesbofia, la homofobia y la bifobia es una forma de discriminación, odio o miedo hacia las lesbianas, gays y bisexuales. Se traduce, muchas veces, en atentados contra la integridad física, psíquica y social, coartando su libertad y su condición de ciudadanía. Por otro lado, la transfobia es el odio y rechazo hacia las personas transexuales y es una forma de discriminación por no seguir los roles sociales sobre hombres y mujeres. La LGTBfobia, al igual que el racismo o la xenofobia, atentan contra la igualdad y la libertad de las personas y son un producto más del sistema patriarcal.
Hoy en día, en alrededor de 80 países del mundo, criminalizan la homosexualidad y la transexualidad con penas de prisión e incluso, con penas de muerte. Además en nuestra sociedad, a pesar de los avances, la discriminación por orientación sexual e identidad de género son una realidad cotidiana: el afecto entre personas del mismo sexo o la presencia en un lugar público de una persona transexual, provocan muestras de odio y rechazo, que a su vez conllevan un sufrimiento intolerable y una presión para que estas personas oculten una parte importante de su integridad emocional.
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España queremos mostrar nuestro absoluto rechazo hacia la LGTBfobia, así como a cualquier injusticia del género humano, puesto que, las diferencias, no implican desigualdad. Todo ello para conseguir una sociedad igualitaria sin ningún tipo de exclusión social, comenzando desde una educación pública, gratuita, laica y libre de heterosexismo así como condenando las persecuciones a las personas LGTB, que no son más que un muestra de intolerancia y fascismo.
Exigimos a los sindicatos que incluyan medidas contra la LGTBfobia a la hora de negociar los convenios colectivos en los diferentes centros de trabajo, con el fin que se las y los obreros LGTB no sufran además de una precaria situación laboral discriminación por su orientación sexual.
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