No importa que sea la persona que mandó reprimir a los jóvenes en la periferia de París y otras ciudades.
No importa que sus tropas invadan y amedranten otros países.
No importa que su gobierno recorte derechos a los trabajadores (hecho que ha provocado varias huelgas generales en Francia).
No importa que privatice y privatice servicios esenciales.
No importa que su apuesta sea la energía nuclear (que, por cierto, el gobierno español compra en grandes cantidades).
Lo que importa es que es el consorte de Carla Bruni y que dejó a Zapatero una silla en la reunión del G-20.
1 comentario:
¿Qué pensarán los compañeros de la izquierda francesa? ¡un montaje de revista rosa! ¡una verguenza!
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