Los franceses se preparan para protagonizar el jueves su segunda huelga general en dos meses, insatisfechos con las respuestas que les ha brindado el presidente Nicolas Sarkozy a la crisis económica, responsable de un desempleo que llega al 8%. Casi tres de cada cuatro franceses estiman que la protesta, convocada por los principales sindicatos, está justificada, según una encuesta publicada el martes. Más de un millón de personas salieron a la calle el 29 de enero, en la mayor movilización social desde que Sarkozy asumió la presidencia en mayo de 2007.
"La participación será elevada el jueves", pronosticó Francois Chereque, líder del sindicato CFDT. "Tan elevada como la del 29 de enero".Los franceses están sintiendo en su propia piel los efectos de la crisis. "Todo el mundo tiene un vecino o un amigo que está afectado", dijo Chereque.
A diferencia de otras potencias europeas, como Alemania y Gran Bretaña, Francia todavía no ha entrado oficialmente en recesión, pero se acerca a ella a grandes pasos. El gobierno francés prevé una contracción de la economía del 1,5% y la pérdida de 300.000 empleos en 2009, que pasarán a engrosar un desempleo que ya supera el 8%.
Los sindicatos exigen a Sarkozy que abandone sus planes de suprimir empleos en el sector público, anule su decisión de 2007 de recortar impuestos - que estiman sólo beneficia a las clases altas -, y refuerce el sistema de protección social, uno de los más desarrollados del mundo.La huelga del jueves alterará el transporte público, el servicio de trenes regionales y cerrará escuelas y oficinas públicas. Los trabajadores privados también están convocados a la protesta.
Después de mantener una "cumbre social" de alto nivel con los líderes sindicales el mes pasado, Sarkozy ofreció una serie de beneficios destinados a las familias para ayudarlas a atravesar la crisis. Pero los sindicatos tacharon el paquete de medidas de insuficiente.
El presidente conservador "no puede escudarse en que la crisis no tiene precedentes y limitarse a decir que ya se han decidido reformas y no hay necesidad de cambiar el rumbo. Esto es lo que nos lleva a continuar las movilizaciones", declaró al diario Le Monde, Bernard Thibault, líder de la CGT.
Sarkozy "debe acceder a abordar nuestras propuestas", insistió.La encuesta publicada el martes por el diario económico Les Echos reveló que el 74% de los franceses consideran que la huelga general está justificada y que un 62% desaprueba la política económica del gobierno.
La protesta se suma a una serie de revueltas laborales en las últimas semanas en Francia, como consecuencia de la pérdida de empleos y el cierre de fábricas.
El viernes, trabajadores de una fábrica de Sony en el suroeste francés retuvieron durante una noche al director para reclamar una mejora de las condiciones de despido.
El mayor cierre anunciado hasta ahora concierne una planta en Clairoix (norte) del gigante alemán de neumáticos, Continental, cuyos 1.210 trabajadores se enteraron el miércoles por sorpresa de que iban a perder su empleo.La decisión de Continental enojó al gobierno de Sarkozy, que había prometido al menos 6.000 millones de euros en préstamos para proteger al sector del automóvil en Francia.
El portavoz del gobierno, Luc Chatel, calificó el cierre de "traición", puesto que sus trabajadores ya habían aceptado trabajar durante más horas, en aplicación del principio que defendió Sarkozy durante su campaña electoral "Trabajar más para ganar más".
El gigante petrolero francés Total también provocó el enfado de la opinión pública al anunciar un recorte de 550 empleos, menos de un mes después de anunciar los mayores beneficios anuales de la historia para una empresa gala.
El gobierno teme además que la huelga de seis semanas que paralizó la isla caribeña de Guadalupe, territorio francés de ultramar, haga mella en Francia metropolitana. El paro finalizó este mes después de que se acordara un incremento de los sueldos y medidas para rebajar los precios de los productos básicos.
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