Esta ruta de un par de horas, sale de Soto por la carretera LR-250 hasta cojer otro camino llamado "Carretera Vieja", recorreremos un paseo por el Cañon del rio Leza.
En el fondo del cañon veremos los meandros que durante los siglos ha dibujado el rio y si miramos hacia arriba veremos sobre nuestras cabezas volar a buitres leonados y otras aves rapaces.
Al llegar al Torrejón lo más llamativo es el paisaje que lo rodea, que te traslada a los escenarios de las películas del Oeste clásico.
Frente al Torrejón, a la otra parte del río, vemos ascender el monte rápidamente hasta los 1145 metros del pico de "La Cucurucha"; rocas peladas y pendientes guardan las huellas de los dinosaurios. Cerca del río, los pinos se agarran con fuerza a la escasa tierra que cubre las repisas en la roca.
A la izquierda, valle abajo, se ven los montes de Villanueva y Zenzano y los pliegues de las rocas a cuyos pies renace el río (oculto en verano desde kilómetros más atrás) en las Fuentes del Restauro, ya en el límite de la jurisdicción.
Y mirando hacia el sur, las espaldas de Soto: las traseras de la ermita que corona el pueblo, los Picos de la Horca, San Babilés, el camino de Tregujantes y, al fondo, los montes del valle alto del Leza.
A la izquierda, valle abajo, se ven los montes de Villanueva y Zenzano y los pliegues de las rocas a cuyos pies renace el río (oculto en verano desde kilómetros más atrás) en las Fuentes del Restauro, ya en el límite de la jurisdicción.
Y mirando hacia el sur, las espaldas de Soto: las traseras de la ermita que corona el pueblo, los Picos de la Horca, San Babilés, el camino de Tregujantes y, al fondo, los montes del valle alto del Leza.
Es un lugar que impresiona y merece la pena.
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