El 29 de Agosto llega a los cines Los Girasoles Ciegos, una película de José Luis Cuerda basada en la novela de Alberto Méndez adaptada por Rafale Azcona.
El film cuenta con un gran elenco de actores, entre los que destacan Maribel Verdú y Javier Cámara, así como jóvenes promesas como Martín Rivas, para quien éste es su primer largometraje tras la serie El Internado, y Roger Princep, conocido por ser el niño de El Orfanato y para el que este es su tercer largometraje. El guión, de Rafael Azcona y José Luis Cuerda, refleja fielmente el espíritu de la novela de Alberto Méndez.
El argumento nos lleva a Orense en 1.940, donde una familia asume como natural tener que esconder al padre en casa por sus ideas políticas, con una hija obligada a emigrar por estar enamorada de un poeta también perseguido por su ideología, una madre acosada por la policía y un diácono con dudas que la cree viuda, y un hijo obligado a mentir para mantener toda la farsa.
Se trata de una historia muy dura, que refleja la persecución ideológica del franquismo en esa España "una, grande y libre", en la que se retrata por qué a algunos no les gusta nada eso de la memoria histórica. Ciertamente la historia es una ficción, pero fueron miles los españoles que sufrieron esa misma persecución.
Aunque la película no tiene nada que ver con lo gay y está ambientada en 1.940, si es posible establecer paralelismos con los que resulta incluso mucho más fácil que lo que ya transmite la película identificarse con el sufrimiento de los protagonistas. Al fin y al cabo, hablamos de personas que son perseguidas por sus ideas, obligadas a mentir sobre lo que piensan, que tienen que esconder a los seres que aman, presionadas por la hipocresía de la jerarquía católica claramente alineada con la derecha. Posiblemente es coincidencia que el protagonista se vea obligado a esconderse dentro de un armario, pero hace mucho más explícita esta doble lectura.
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