Del 14 de junio al 14 de septiembre se celebra en Zaragoza, bajo el lema “Agua y Desarrollo sostenible”, lel macroevento EXPO ZARAGOZA 2008.
Durante los tres meses de muestra se darán cita en Zaragoza instituciones, estados y transnacionales responsables de violaciones sistemáticas de derechos humanos en relación con el agua: encarcelamientos, persecuciones, asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzosos de población.
Numerosas organizaciones no gubernamentales, fundaciones, organizaciones eco-neoliberales, expertos en materia de agua y personas de “reconocimiento mundial” brindarán la legitimidad de la “etiqueta sostenible” a las políticas criminales de quienes más agua roban, contaminan y privatizan en el mundo, a través de su participación en la muestra.
La dirección de la muestra está relacionada con empresas que poseen el control del agua en multitud de países y que han excluido del acceso al agua potable a millones de personas en el planeta.
La Expo forma parte de una emergente industria del macroevento que, como estrategia de saqueo, acumulación económica y control social, conlleva allá donde se celebra, en este caso Zaragoza, costes sociales y medioambientales irreversibles:
El trasvase de fondos públicos a manos privadas y la supeditación de las políticas públicas a los intereses del capital local, regional, nacional y transnacional.
La reducción de la inversión social como consecuencia del desvío de presupuesto público a los gastos que genera el evento.
El consiguiente endeudamiento que hipoteca el futuro de la ciudadanía a corto y medio plazo.
La ejecución de diferentes proyectos especulativos destinados a expandir artificialmente la ciudad y a incrementar la exclusión social.
La perpetración de graves agresiones medioambientales locales para llevar adelante la muestra.
El aparato represor que acompaña al evento: recorte de libertades y multiplicación de efectivos policiales, militares y de seguridad privada.
La reproducción de un modelo de cultura-espectáculo elitista, propagandístico y mercantilista.
Durante los tres meses de muestra se darán cita en Zaragoza instituciones, estados y transnacionales responsables de violaciones sistemáticas de derechos humanos en relación con el agua: encarcelamientos, persecuciones, asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzosos de población.
Numerosas organizaciones no gubernamentales, fundaciones, organizaciones eco-neoliberales, expertos en materia de agua y personas de “reconocimiento mundial” brindarán la legitimidad de la “etiqueta sostenible” a las políticas criminales de quienes más agua roban, contaminan y privatizan en el mundo, a través de su participación en la muestra.
La dirección de la muestra está relacionada con empresas que poseen el control del agua en multitud de países y que han excluido del acceso al agua potable a millones de personas en el planeta.
La Expo forma parte de una emergente industria del macroevento que, como estrategia de saqueo, acumulación económica y control social, conlleva allá donde se celebra, en este caso Zaragoza, costes sociales y medioambientales irreversibles:
El trasvase de fondos públicos a manos privadas y la supeditación de las políticas públicas a los intereses del capital local, regional, nacional y transnacional.
La reducción de la inversión social como consecuencia del desvío de presupuesto público a los gastos que genera el evento.
El consiguiente endeudamiento que hipoteca el futuro de la ciudadanía a corto y medio plazo.
La ejecución de diferentes proyectos especulativos destinados a expandir artificialmente la ciudad y a incrementar la exclusión social.
La perpetración de graves agresiones medioambientales locales para llevar adelante la muestra.
El aparato represor que acompaña al evento: recorte de libertades y multiplicación de efectivos policiales, militares y de seguridad privada.
La reproducción de un modelo de cultura-espectáculo elitista, propagandístico y mercantilista.
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