Extraido de Goza Zaragoza
De Expo Zaragoza 2008 se ha llegado a decir que será "la catedral de la sostenibilidad" y que convertirá a Zaragoza, ciudad anfitriona, en la "campeona del desarrollo sostenible". Sin embargo, la mayoría de las asociaciones ecologistas aragonesas coinciden en afirmar que la Muestra va camino de convertirse en una gran oportunidad perdida. Actuaciones como la construcción del Azud del Ebro, el dragado del río, el rebaje de la solera del Puente de Piedra o la eliminación abusiva de vegetación ribereña entran, a su juicio, en clara contradicción con el lema de la Exposición Internacional.
Según el Observatorio para la Sostenibilidad en España -OSE-, la artificialización del suelo, es decir, la transformación de sus usos, es uno de los principales problemas medioambientales que sufre el país, por ser causante de pérdida de biodiversidad, cambios en los regímenes hidrológicos de los ríos, impactos climáticos, etc. Las asociaciones ecologistas aragonesas denuncian que la Expo 2008, cuyo lema es paradójicamente "Agua y Desarrollo Sostenible", está suponiendo un incremento brutal de la superficie artificial en la ciudad de Zaragoza, cuyos efectos son irreversibles.
Cientos de hectáreas de suelo natural o destinado al cultivo agrícola han sido urbanizadas o transformadas en suelo no productivo. Para José Antonio Domínguez, miembro del Equipo Triacanthos, la sostenibilidad comienza por "respetar y preservar los valores existentes". Además, la precipitación y la falta de planificación con las que se proyectan y acometen las obras de la Muestra contribuyen a la mala gestión fluvial y no permiten garantizar la continuidad de los procesos naturales, según los ecologistas. Julián Ezquerra, presidente de Ebro Vivo-COAGRET, sostiene que "las prisas están consiguiendo que, conforme se acerca la fecha de inauguración de la Expo, sus responsables dejen más aparcada la cuestión medioambiental".
La propia ubicación del recinto de la Expo, el Plan de Riberas, el azud del Ebro, los proyectos de dragado y rebaje de la solera del Puente de Piedra, el Puente del Tercer Milenio, el Pabellón Puente y la Pasarela de Manterola se han convertido en los principales caballos de batalla de las asociaciones ecologistas, que comienzan a ver la Muestra Internacional como una gran oportunidad perdida.
Ebro Vivo-COAGRET tacha, además, de "tomadura de pelo" el Plan de Vigilancia Ambiental de la Expo, ya que éste únicamente ofrece información referente a análisis de agua y de contaminación atmosférica y de ruidos, cuando inicialmente planteaba el seguimiento de veintidós indicadores. El plan debía contemplar medidas de vigilancia de las obras de la Muestra, que la asociación desconoce si se han llevado a cabo.
Expo Zaragoza 2008 defiende que "todos los proyectos de la Muestra se han hecho de la mano de los ecologistas" y ponen como ejemplo la creación de un Observatorio Medioambiental integrado por diferentes asociaciones y que fue disuelto en el mes de marzo "por discrepancias entre las partes implicadas", según los responsables de la Cita Internacional. Sin embargo, los ecologistas sostienen que el fracaso del observatorio se debió, entre otras causas, a la falta de interés de la Expo por este proyecto y a los constantes obstáculos, como la negativa de los organizadores de la Muestra a que las asociaciones difundiesen comunicados o participasen en la web oficial del acontecimiento. Para Expo Zaragoza 2008, el Pabellón de Iniciativas Ciudadanas, capitaneado por Ecología y Desarrollo y cuyo principal fin es "presentar proyectos comunes que recogen el fruto del trabajo cotidiano de todo el espectro de los movimientos sociales que trabajan con el ciclo del agua", es otra muestra de la voluntad de los organizadores de la Exposición de escuchar las demandas de los ecologistas.
Zaragoza, ciudad ahorradora de agua. 100.000 compromisos o el programa para la sostenibilidad ambiental para el pequeño comercio y la hostelería son algunas de las iniciativas ligadas al lema de la Cita Internacional, impulsadas por los responsables de la Muestra. Para Jerónimo Blasco, director general de Operaciones de la Expo, estos programas harán de Zaragoza "la campeona del desarrollo sostenible". Algunos de los ejemplos con los que los organizadores de la Exposición Internacional quieren mostrar cómo se están aplicando a su organización los principios de respeto al medio ambiente y de sostenibilidad e integración con el entorno son el uso del agua del Ebro para riegos de fachadas, la aplicación de arquitectura bioclimática, la generación de energías renovables en el recinto o el diseño de materiales promocionales innovadores a partir de algas, cedés reciclables, piezas de coches usados o fécula de patata.
Según recoge la página web oficial del Expo, entre los objetivos de la Muestra se encuentran afrontar el gran desafío que constituye la crisis del agua, presentar el valor de la innovación científico-técnica en la búsqueda de la sostenibilidad de los recursos hídricos, analizar las crisis ambientales -cambio climático, deforestación, degradación de los sistemas hídricos...-, defender una concepción del agua como desafío de gobernabilidad y derecho humano, abogar por que se consideren las cuencas hidrográficas como una unidad de gestión, buscar la corresponsabilidad de los agentes implicados en la gestión de la crisis del agua, apostar por la cooperación y la creatividad y convertirse en punto de encuentro entre culturas diversas y gentes distintas. Sin embargo, para los ecologistas estas claves temáticas son pura fachada.
VEINTICINCO HECTÁREAS DE SUELO ARTIFICIAL
Para las asociaciones ecologistas, la propia ubicación de la Muestra Internacional es un error con consecuencias medioambientales. Las obras de la Expo han supuesto la destrucción de la huerta tradicional, fértil y estratégicamente situada cerca de la ciudad del Meandro de Ranillas y la ocupación de su llanura de inundación, que se ha elevado con gravas cinco metros y medio para evitar posibles inundaciones.
Esta última actuación podría ocasionar alteraciones en la dinámica del río Ebro y, en consecuencia, erosiones y sedimentaciones en otros tramos del cauce. Hoteles, un canal de aguas bravas, un centro termal o un parking para miles de coches constituirán el legado de la Exposición al Meandro, en un proceso de desnaturalización que entra claramente en contradicción con el espíritu de la Cita Internacional.
ELIMINACIÓN ABUSIVA DE VEGETACIÓN RIBEREÑA
La recuperación de las márgenes del Ebro constituye una reivindicación ecologista y vecinal histórica. Los edificios construidos cerca del río, así como las motas y diques rellenados con escombros, contribuían a su degradación y las hacían inaccesibles en muchos puntos. Sin embargo, el Plan de Riberas impulsado por el Ayuntamiento de Zaragoza -gracias a un convenio con el Ministerio de Medio Ambiente- y ejecutado bajo la dirección de la Confederación Hidrográfica del Ebro, ha sido duramente criticado y combatido por los ecologistas.
Las asociaciones ecologistas denuncian que el Plan de Riberas ha consistido, en diversos tramos del cauce, en la destrucción de la vegetación existente y la construcción de escolleras, con objeto de no permitir al río que modifique su cauce. Algunas de las especies afectadas por esta eliminación abusiva de vegetación ribereña son el tamariz, el fresno, el álamo y el sauce.
Estas asociaciones presentaron alegaciones al Plan de Recuperación de las Riberas del Ebro, con el fin de evitar que las orillas del río se repoblasen con árboles exóticos y de jardín. Además, han conseguido, ejerciendo presión sobre las autoridades responsables, que se respete la vegetación ribereña en determinadas zonas afectadas por este plan.
La Confederación Hidrográfica del Ebro, que dirige estas actuaciones, subraya que "todos los proyectos de la Expo, incluido el Plan de Riberas, han sido redactados por el Ayuntamiento de Zaragoza, siguiendo las directrices de la Agenda 21". Para la CHE, las actuaciones vinculadas a la Muestra "cuentan con todas las garantías medioambientales" .
EROSIONES Y SEDIMENTACIONES POR LA PROLIFERACIÓN DE PUENTES
La mal planificada construcción de puentes en Zaragoza con motivo de la Expo 2008 -Puente del Tercer Milenio, Pabellón Puente y Pasarela de Manterola- está provocando, en opinión de los ecologistas, importantes erosiones y sedimentaciones, por ejemplo, a la altura del Centro de Natación Helios.
Para que estas obras puedan ejecutarse resulta necesaria la construcción de penínsulas de ataque, que permiten trabajar en seco, invadiendo el río y alterando su dinámica fluvial, "con efectos devastadores en la orilla opuesta o aguas abajo", según José Antonio Domínguez, miembro del Equipo Triacanthos.
Además, los ecologistas denuncian que las obras del Cuarto Cinturón han supuesto una extracción de gravas diez veces superior a la del dragado que se plantea en el Ebro.
Según la Confederación Hidrográfica del Ebro, "los fenómenos de erosión y sedimentación se han visto en el río en otros periodos" y achacan los ahora existentes a las tres avenidas que se produjeron en primavera. En opinión de sus técnicos, las obras aguas arriba no son las causantes de las sedimentaciones, únicamente determinan dónde se producen.
LA BIODIVERSIDAD DEL EBRO, EN PELIGRO
El azud del Ebro es, posiblemente, el proyecto de la Expo que mayor controversia ha suscitado. Mientras las asociaciones ecologistas prevén un impacto ambiental importantísimo, los colectivos vecinales evidencian su preocupación ante posibles afecciones en propiedades privadas y edificios de interés histórico. Al frente vecinal y ecologista, habría que sumar los avatares del proyecto: el 16 de febrero de 2006, a un sólo día para que concluyese el plazo de presentación de ofertas para la ejecución de las obras, la única empresa interesada en el proyecto, Endesa, se retiraba, obligando a Expoagua a financiar la primera fase.
El proyecto del azud persigue explotar al máximo las oportunidades de uso lúdico y deportivo que ofrece el río. La estructura creará una lámina de agua estable de casi cuatro kilómetros y medio entre los puentes de La Almozara y Las Fuentes, permitiendo la navegabilidad del Ebro.
Para los expertos, la alteración del régimen de flujo del río ocasionará el mal estado ecológico del Ebro a su paso por Zaragoza. La biodiversidad que se observa hoy puede verse amenazada, disminuyendo el número de especies. La estructura provoca un "efecto barrera" para el paso de la fauna, que pone en peligro la supervivencia de especies protegidas como la margaritífera auricularia o el galápago adiposo. Por el contrario, otras no observables hoy en este tramo urbano del río y que proliferan con facilidad en aguas estancadas, como el mejillón cebra, podrían invadir el cauce. Además, la elevación del nivel y la disminución del flujo del agua contribuirán al aumento de la presencia de algas. De otra parte, los científicos prevén un acrecimiento de la sedimentación aguas arriba y aguas abajo del tramo urbano del río, que causará la erosión del lecho y la incisión del cauce, pudiendo llegar a afectar al río Gállego y los Galachos de Juslibol.
Los ecologistas han visto avalada su oposición al proyecto por científicos de la talla de Francisco Martínez Gil, doctor en Hidrología y Ciencias Geológicas, o Francisco Comín, profesor del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC, y han elevado sus quejas hasta la Comisión Europea.
UN PLAN DE NAVEGABILIDAD QUE DESAPRUEBA EL MUNDO CIENTÍFICO
El último frente abierto por los ecologistas contra la organización de la Muestra Internacional es su rechazo a dos de las actuaciones contempladas en el Plan de Navegabilidad del Ebro y estrechamente vinculadas a la ejecución del azud: el dragado del río -creando un canal de 15 metros de ancho y 1,2 metros de profundidad- y el rebaje de la solera del Puente de Piedra. La finalidad de estos trabajos es permitir el paso de embarcaciones de gran calado desde dicho puente hasta el embarcadero de la Expo en Ranillas.
Científicos expertos en restauración fluvial como Alfredo Ollero, de la Universidad de Zaragoza, o Marta González, de la Universidad Politécnica de Madrid, coinciden en afirmar que el dragado -de 8.500 metros cúbicos- provocará alteraciones geomorfológicas en el cauce, destruirá los ecosistemas bentónicos y requerirá un constante mantenimiento, ya que el Ebro es un río mediterráneo y, por tanto, irregular. Así, cada crecida volverá a depositar las gravas en su sitio.
Las asociaciones ecologistas subrayan que el tramo del cauce en el que está previsto acometer ambos proyectos está contemplado como hábitat prioritario para la recuperación de la margaritífera auricularia en el Plan de Conservación de esta especie en peligro de extinción. Además, consideran que ignoran la Directiva Marco del Agua y el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Ebro. Unidas en una plataforma ciudadana, las asociaciones ANSAR, APUDEPA, Aragón no se vende, Ebro Vivo-COAGRET, Ecologistas en Acción, Equipo Triacanthos y Fundación Nueva Cultura del Agua protestaron contra ambos proyectos acampando bajo el Puente de Piedra y paralizando las obras durante 48 horas. El campamento fue desalojado a causa de una denuncia de la CHE por invasión del dominio público hidráulico. Para Jesús Maestro, portavoz de la plataforma, una posible solución al conflicto pasaría por usar la lógica adaptar embarcaciones al y no el río a las embarcaciones?.
El pasado 16 de agosto, Francisco Comín, del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC, hizo llegar desde California -donde asistía al Congreso Internacional de la Sociedad Americana de Ecología y de la Sociedad para la Restauración Ecológica- su apoyo a la plataforma ciudadana en defensa del Ebro y el Puente de Piedra. Para Comín, "los valores que tienen y las funciones que cumplen los ríos, incluso en tramos de zonas urbanas, son muy superiores y más deseables que las que puedan llegar a tener si se les canaliza, draga o artificializa". El profesor quiso subrayar que las posturas defendidas por este colectivo cuentan con el respaldo del mundo científico.
Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro se asegura que los permisos para acometer los proyectos de dragado y rebaje de la solera fueron concedidos al contarse con la autorización pertinente del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
Según el Observatorio para la Sostenibilidad en España -OSE-, la artificialización del suelo, es decir, la transformación de sus usos, es uno de los principales problemas medioambientales que sufre el país, por ser causante de pérdida de biodiversidad, cambios en los regímenes hidrológicos de los ríos, impactos climáticos, etc. Las asociaciones ecologistas aragonesas denuncian que la Expo 2008, cuyo lema es paradójicamente "Agua y Desarrollo Sostenible", está suponiendo un incremento brutal de la superficie artificial en la ciudad de Zaragoza, cuyos efectos son irreversibles.
Cientos de hectáreas de suelo natural o destinado al cultivo agrícola han sido urbanizadas o transformadas en suelo no productivo. Para José Antonio Domínguez, miembro del Equipo Triacanthos, la sostenibilidad comienza por "respetar y preservar los valores existentes". Además, la precipitación y la falta de planificación con las que se proyectan y acometen las obras de la Muestra contribuyen a la mala gestión fluvial y no permiten garantizar la continuidad de los procesos naturales, según los ecologistas. Julián Ezquerra, presidente de Ebro Vivo-COAGRET, sostiene que "las prisas están consiguiendo que, conforme se acerca la fecha de inauguración de la Expo, sus responsables dejen más aparcada la cuestión medioambiental".
La propia ubicación del recinto de la Expo, el Plan de Riberas, el azud del Ebro, los proyectos de dragado y rebaje de la solera del Puente de Piedra, el Puente del Tercer Milenio, el Pabellón Puente y la Pasarela de Manterola se han convertido en los principales caballos de batalla de las asociaciones ecologistas, que comienzan a ver la Muestra Internacional como una gran oportunidad perdida.
Ebro Vivo-COAGRET tacha, además, de "tomadura de pelo" el Plan de Vigilancia Ambiental de la Expo, ya que éste únicamente ofrece información referente a análisis de agua y de contaminación atmosférica y de ruidos, cuando inicialmente planteaba el seguimiento de veintidós indicadores. El plan debía contemplar medidas de vigilancia de las obras de la Muestra, que la asociación desconoce si se han llevado a cabo.
Expo Zaragoza 2008 defiende que "todos los proyectos de la Muestra se han hecho de la mano de los ecologistas" y ponen como ejemplo la creación de un Observatorio Medioambiental integrado por diferentes asociaciones y que fue disuelto en el mes de marzo "por discrepancias entre las partes implicadas", según los responsables de la Cita Internacional. Sin embargo, los ecologistas sostienen que el fracaso del observatorio se debió, entre otras causas, a la falta de interés de la Expo por este proyecto y a los constantes obstáculos, como la negativa de los organizadores de la Muestra a que las asociaciones difundiesen comunicados o participasen en la web oficial del acontecimiento. Para Expo Zaragoza 2008, el Pabellón de Iniciativas Ciudadanas, capitaneado por Ecología y Desarrollo y cuyo principal fin es "presentar proyectos comunes que recogen el fruto del trabajo cotidiano de todo el espectro de los movimientos sociales que trabajan con el ciclo del agua", es otra muestra de la voluntad de los organizadores de la Exposición de escuchar las demandas de los ecologistas.
Zaragoza, ciudad ahorradora de agua. 100.000 compromisos o el programa para la sostenibilidad ambiental para el pequeño comercio y la hostelería son algunas de las iniciativas ligadas al lema de la Cita Internacional, impulsadas por los responsables de la Muestra. Para Jerónimo Blasco, director general de Operaciones de la Expo, estos programas harán de Zaragoza "la campeona del desarrollo sostenible". Algunos de los ejemplos con los que los organizadores de la Exposición Internacional quieren mostrar cómo se están aplicando a su organización los principios de respeto al medio ambiente y de sostenibilidad e integración con el entorno son el uso del agua del Ebro para riegos de fachadas, la aplicación de arquitectura bioclimática, la generación de energías renovables en el recinto o el diseño de materiales promocionales innovadores a partir de algas, cedés reciclables, piezas de coches usados o fécula de patata.
Según recoge la página web oficial del Expo, entre los objetivos de la Muestra se encuentran afrontar el gran desafío que constituye la crisis del agua, presentar el valor de la innovación científico-técnica en la búsqueda de la sostenibilidad de los recursos hídricos, analizar las crisis ambientales -cambio climático, deforestación, degradación de los sistemas hídricos...-, defender una concepción del agua como desafío de gobernabilidad y derecho humano, abogar por que se consideren las cuencas hidrográficas como una unidad de gestión, buscar la corresponsabilidad de los agentes implicados en la gestión de la crisis del agua, apostar por la cooperación y la creatividad y convertirse en punto de encuentro entre culturas diversas y gentes distintas. Sin embargo, para los ecologistas estas claves temáticas son pura fachada.
VEINTICINCO HECTÁREAS DE SUELO ARTIFICIAL
Para las asociaciones ecologistas, la propia ubicación de la Muestra Internacional es un error con consecuencias medioambientales. Las obras de la Expo han supuesto la destrucción de la huerta tradicional, fértil y estratégicamente situada cerca de la ciudad del Meandro de Ranillas y la ocupación de su llanura de inundación, que se ha elevado con gravas cinco metros y medio para evitar posibles inundaciones.
Esta última actuación podría ocasionar alteraciones en la dinámica del río Ebro y, en consecuencia, erosiones y sedimentaciones en otros tramos del cauce. Hoteles, un canal de aguas bravas, un centro termal o un parking para miles de coches constituirán el legado de la Exposición al Meandro, en un proceso de desnaturalización que entra claramente en contradicción con el espíritu de la Cita Internacional.
ELIMINACIÓN ABUSIVA DE VEGETACIÓN RIBEREÑA
La recuperación de las márgenes del Ebro constituye una reivindicación ecologista y vecinal histórica. Los edificios construidos cerca del río, así como las motas y diques rellenados con escombros, contribuían a su degradación y las hacían inaccesibles en muchos puntos. Sin embargo, el Plan de Riberas impulsado por el Ayuntamiento de Zaragoza -gracias a un convenio con el Ministerio de Medio Ambiente- y ejecutado bajo la dirección de la Confederación Hidrográfica del Ebro, ha sido duramente criticado y combatido por los ecologistas.
Las asociaciones ecologistas denuncian que el Plan de Riberas ha consistido, en diversos tramos del cauce, en la destrucción de la vegetación existente y la construcción de escolleras, con objeto de no permitir al río que modifique su cauce. Algunas de las especies afectadas por esta eliminación abusiva de vegetación ribereña son el tamariz, el fresno, el álamo y el sauce.
Estas asociaciones presentaron alegaciones al Plan de Recuperación de las Riberas del Ebro, con el fin de evitar que las orillas del río se repoblasen con árboles exóticos y de jardín. Además, han conseguido, ejerciendo presión sobre las autoridades responsables, que se respete la vegetación ribereña en determinadas zonas afectadas por este plan.
La Confederación Hidrográfica del Ebro, que dirige estas actuaciones, subraya que "todos los proyectos de la Expo, incluido el Plan de Riberas, han sido redactados por el Ayuntamiento de Zaragoza, siguiendo las directrices de la Agenda 21". Para la CHE, las actuaciones vinculadas a la Muestra "cuentan con todas las garantías medioambientales" .
EROSIONES Y SEDIMENTACIONES POR LA PROLIFERACIÓN DE PUENTES
La mal planificada construcción de puentes en Zaragoza con motivo de la Expo 2008 -Puente del Tercer Milenio, Pabellón Puente y Pasarela de Manterola- está provocando, en opinión de los ecologistas, importantes erosiones y sedimentaciones, por ejemplo, a la altura del Centro de Natación Helios.
Para que estas obras puedan ejecutarse resulta necesaria la construcción de penínsulas de ataque, que permiten trabajar en seco, invadiendo el río y alterando su dinámica fluvial, "con efectos devastadores en la orilla opuesta o aguas abajo", según José Antonio Domínguez, miembro del Equipo Triacanthos.
Además, los ecologistas denuncian que las obras del Cuarto Cinturón han supuesto una extracción de gravas diez veces superior a la del dragado que se plantea en el Ebro.
Según la Confederación Hidrográfica del Ebro, "los fenómenos de erosión y sedimentación se han visto en el río en otros periodos" y achacan los ahora existentes a las tres avenidas que se produjeron en primavera. En opinión de sus técnicos, las obras aguas arriba no son las causantes de las sedimentaciones, únicamente determinan dónde se producen.
LA BIODIVERSIDAD DEL EBRO, EN PELIGRO
El azud del Ebro es, posiblemente, el proyecto de la Expo que mayor controversia ha suscitado. Mientras las asociaciones ecologistas prevén un impacto ambiental importantísimo, los colectivos vecinales evidencian su preocupación ante posibles afecciones en propiedades privadas y edificios de interés histórico. Al frente vecinal y ecologista, habría que sumar los avatares del proyecto: el 16 de febrero de 2006, a un sólo día para que concluyese el plazo de presentación de ofertas para la ejecución de las obras, la única empresa interesada en el proyecto, Endesa, se retiraba, obligando a Expoagua a financiar la primera fase.
El proyecto del azud persigue explotar al máximo las oportunidades de uso lúdico y deportivo que ofrece el río. La estructura creará una lámina de agua estable de casi cuatro kilómetros y medio entre los puentes de La Almozara y Las Fuentes, permitiendo la navegabilidad del Ebro.
Para los expertos, la alteración del régimen de flujo del río ocasionará el mal estado ecológico del Ebro a su paso por Zaragoza. La biodiversidad que se observa hoy puede verse amenazada, disminuyendo el número de especies. La estructura provoca un "efecto barrera" para el paso de la fauna, que pone en peligro la supervivencia de especies protegidas como la margaritífera auricularia o el galápago adiposo. Por el contrario, otras no observables hoy en este tramo urbano del río y que proliferan con facilidad en aguas estancadas, como el mejillón cebra, podrían invadir el cauce. Además, la elevación del nivel y la disminución del flujo del agua contribuirán al aumento de la presencia de algas. De otra parte, los científicos prevén un acrecimiento de la sedimentación aguas arriba y aguas abajo del tramo urbano del río, que causará la erosión del lecho y la incisión del cauce, pudiendo llegar a afectar al río Gállego y los Galachos de Juslibol.
Los ecologistas han visto avalada su oposición al proyecto por científicos de la talla de Francisco Martínez Gil, doctor en Hidrología y Ciencias Geológicas, o Francisco Comín, profesor del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC, y han elevado sus quejas hasta la Comisión Europea.
UN PLAN DE NAVEGABILIDAD QUE DESAPRUEBA EL MUNDO CIENTÍFICO
El último frente abierto por los ecologistas contra la organización de la Muestra Internacional es su rechazo a dos de las actuaciones contempladas en el Plan de Navegabilidad del Ebro y estrechamente vinculadas a la ejecución del azud: el dragado del río -creando un canal de 15 metros de ancho y 1,2 metros de profundidad- y el rebaje de la solera del Puente de Piedra. La finalidad de estos trabajos es permitir el paso de embarcaciones de gran calado desde dicho puente hasta el embarcadero de la Expo en Ranillas.
Científicos expertos en restauración fluvial como Alfredo Ollero, de la Universidad de Zaragoza, o Marta González, de la Universidad Politécnica de Madrid, coinciden en afirmar que el dragado -de 8.500 metros cúbicos- provocará alteraciones geomorfológicas en el cauce, destruirá los ecosistemas bentónicos y requerirá un constante mantenimiento, ya que el Ebro es un río mediterráneo y, por tanto, irregular. Así, cada crecida volverá a depositar las gravas en su sitio.
Las asociaciones ecologistas subrayan que el tramo del cauce en el que está previsto acometer ambos proyectos está contemplado como hábitat prioritario para la recuperación de la margaritífera auricularia en el Plan de Conservación de esta especie en peligro de extinción. Además, consideran que ignoran la Directiva Marco del Agua y el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Ebro. Unidas en una plataforma ciudadana, las asociaciones ANSAR, APUDEPA, Aragón no se vende, Ebro Vivo-COAGRET, Ecologistas en Acción, Equipo Triacanthos y Fundación Nueva Cultura del Agua protestaron contra ambos proyectos acampando bajo el Puente de Piedra y paralizando las obras durante 48 horas. El campamento fue desalojado a causa de una denuncia de la CHE por invasión del dominio público hidráulico. Para Jesús Maestro, portavoz de la plataforma, una posible solución al conflicto pasaría por usar la lógica adaptar embarcaciones al y no el río a las embarcaciones?.
El pasado 16 de agosto, Francisco Comín, del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC, hizo llegar desde California -donde asistía al Congreso Internacional de la Sociedad Americana de Ecología y de la Sociedad para la Restauración Ecológica- su apoyo a la plataforma ciudadana en defensa del Ebro y el Puente de Piedra. Para Comín, "los valores que tienen y las funciones que cumplen los ríos, incluso en tramos de zonas urbanas, son muy superiores y más deseables que las que puedan llegar a tener si se les canaliza, draga o artificializa". El profesor quiso subrayar que las posturas defendidas por este colectivo cuentan con el respaldo del mundo científico.
Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro se asegura que los permisos para acometer los proyectos de dragado y rebaje de la solera fueron concedidos al contarse con la autorización pertinente del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
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