Henar Moreno - Candidata al Congreso
Quedan ya pocos días para que votemos un nuevo Parlamento donde se decidirán las políticas que se aplicarán en nuestro país durante los próximos cuatro años. Y conviene recalcar algo que parece tan obvio porque cualquier observador ajeno y poco interesado bien pudiera pensar que el próximo 9 de marzo se celebran elecciones presidenciales, con dos únicos candidatos, Zapatero y Rajoy. Ante este intento de los grandes medios y los poderes económicos de reducir la democracia a un espectáculo bipartidista de márketing, a imagen y semejanza de los Estados Unidos, convendría recordar, sobre todo desde la izquierda, que de tanto intentar reproducir el modelo norteamericano, quizá acabemos por importarlo en su totalidad y la participación se vaya reduciendo a menos de la mitad del electorado (como ocurre en muchas ocasiones en Estados Unidos) porque la mayoría de la población no tenga ningún interés en elegir entre dos caras cuál de ellas gestionará la misma política predeterminada por los grupos de presión y los grandes poderes económicos.
El próximo 9 de marzo no elegimos un presidente del Gobierno, sino todo un arco parlamentario y en un escenario sin mayorías absolutas, como marcan todas las encuestas, lo importante no es si el PSOE ganará por dos, cuatro o seis puntos, sino qué mayorías parlamentarias puedan surgir del nuevo Congreso de Diputados. Lo que vamos a decidir el próximo domingo es si la correlación de fuerzas obliga al PSOE a pactar con su izquierda con un importante grupo parlamentario de Izquierda Unida y a impulsar un auténtico programa de cambio político, económico y social o si serán partidos de la derecha nacionalista como CiU los que decidan las principales políticas, en cuyo caso, las diferencias entre un Gobierno del PP o del PSOE serán mínimas.
Estoy segura que hay muchos miles de riojanos y riojanas que rechazan las políticas económicas neoliberales y un capitalismo sin rostro humano, sólo regido por las leyes del mercado y la competitividad y, en cambio, defienden otra sociedad con mayor justicia social y mejor redistribución de la riqueza. Que hay muchos miles de riojanos y riojanas que rechazan las rebajas fiscales a los que más tienen y apuestan por una fiscalidad realmente justa y progresiva con nuevos impuestos para la Banca y las grandes fortunas. Que defienden que estos ingresos se destinen a gasto social y a potenciar unos servicios públicos, universales y de calidad, como la sanidad o la educación. Que rechazan que la crisis económica que nos amenaza vuelva a recaer sobre la clase trabajadora en forma de de precariedad, pérdida de derechos y nuevas reformas laborales dictadas por los intereses de la patronal. Que defienden el fin de los privilegios de la Iglesia católica y que se haga realidad un estado aconfesional en el que la religión ocupe su lugar en el ámbito privado y de conciencia de cada persona. Que rechazan la presencia de tropas españolas en ocupaciones militares de la OTAN como en Iraq o Afganistán y defienden una política exterior basada en el derecho internacional, el respeto a la soberanía de los pueblos, el desarrollo humano, la cooperación y la solidaridad. Que condenan un capitalismo depredador con el medio ambiente y comparten con nosotros un nuevo modelo de desarrollo sostenible y respetuoso con nuestro hábitat. Que apuestan por otro modelo cultural que potencie la visión crítica y por medidas que combatan la precariedad laboral de la juventud y favorezcan su acceso a una vivienda. Que apoyaron el proceso de paz como forma de alcanzar un final dialogado y democrático al conflicto vasco y rechazan la actual política antiterrorista del Gobierno, subordinada al miedo al PP y sólo basada en medidas policiales y represivas. Que consideran a los trabajadores inmigrantes, ciudadanos con derechos y no un problema. Que consideran la República una forma de estado más democrática que la Monarquía y que 30 años después de la muerte de Franco ya es hora de dar la palabra a la ciudadanía en una democracia más participativa.
Estas han sido y siguen siendo las señas de identidad de Izquierda Unida durante sus 20 años de existencia y que definen un programa de cambio que Izquierda Unida ha defendido y defiende con coherencia, con la fuerza que la ciudadanía nos ha ido dando, durante los Gobiernos de Felipe González, de José María Aznar y de José Luis Rodríguez Zapatero.
Los miles de riojanos y riojanas que comparten con nosotros estos valores quizá todavía tengan dudas de cara al próximo 9 de marzo. Izquierda Unida, con sus aciertos y sus errores, ha tratado de defender con honestidad durante todos estos años el avance de este programa y ha combatido las políticas de la derecha, vengan de donde vengan. Las políticas que se apliquen en nuestro país durante los próximos cuatro años van a estar marcadas por la correlación de fuerzas que surja del próximo Parlamento. No es lo mismo un PSOE que sólo pueda mirar a su derecha para llegar a acuerdos o un PSOE que se vea obligado a mirar hacia un grupo fuerte y en ascenso de Izquierda Unida que tenga capacidad de influir sobre la política de nuestro país. Para ello, todos los votos son útiles. No hay voto más útil que aquel que surge de la decisión libre de cada ciudadano-a. La próxima legislatura puede ser la del inicio definitivo de un programa de cambio social y económico para nuestro país, derrotando a una derecha ultramontana, pero obligando al PSOE a abandonar sus complejos, si una Izquierda Unida fortalecida es decisiva a partir del 10 de marzo. Conocemos las políticas que hizo el PSOE con mayoría absoluta en la época de Felipe González y sabemos las que llevará a cabo si tiene que pactar con partidos de la derecha nacionalista. Solo la fuerza que consiga Izquierda Unida puede ser decisiva para empujar definitivamente España hacia la izquierda e iniciar una segunda transición. A todos esos miles de riojanos y riojanas de izquierdas que comparten nuestros mismos valores, les pedimos, con humildad, el voto, con la conciencia tranquila por lo hecho durante estos 20 años y el compromiso de no traicionarlo.
El próximo 9 de marzo no elegimos un presidente del Gobierno, sino todo un arco parlamentario y en un escenario sin mayorías absolutas, como marcan todas las encuestas, lo importante no es si el PSOE ganará por dos, cuatro o seis puntos, sino qué mayorías parlamentarias puedan surgir del nuevo Congreso de Diputados. Lo que vamos a decidir el próximo domingo es si la correlación de fuerzas obliga al PSOE a pactar con su izquierda con un importante grupo parlamentario de Izquierda Unida y a impulsar un auténtico programa de cambio político, económico y social o si serán partidos de la derecha nacionalista como CiU los que decidan las principales políticas, en cuyo caso, las diferencias entre un Gobierno del PP o del PSOE serán mínimas.
Estoy segura que hay muchos miles de riojanos y riojanas que rechazan las políticas económicas neoliberales y un capitalismo sin rostro humano, sólo regido por las leyes del mercado y la competitividad y, en cambio, defienden otra sociedad con mayor justicia social y mejor redistribución de la riqueza. Que hay muchos miles de riojanos y riojanas que rechazan las rebajas fiscales a los que más tienen y apuestan por una fiscalidad realmente justa y progresiva con nuevos impuestos para la Banca y las grandes fortunas. Que defienden que estos ingresos se destinen a gasto social y a potenciar unos servicios públicos, universales y de calidad, como la sanidad o la educación. Que rechazan que la crisis económica que nos amenaza vuelva a recaer sobre la clase trabajadora en forma de de precariedad, pérdida de derechos y nuevas reformas laborales dictadas por los intereses de la patronal. Que defienden el fin de los privilegios de la Iglesia católica y que se haga realidad un estado aconfesional en el que la religión ocupe su lugar en el ámbito privado y de conciencia de cada persona. Que rechazan la presencia de tropas españolas en ocupaciones militares de la OTAN como en Iraq o Afganistán y defienden una política exterior basada en el derecho internacional, el respeto a la soberanía de los pueblos, el desarrollo humano, la cooperación y la solidaridad. Que condenan un capitalismo depredador con el medio ambiente y comparten con nosotros un nuevo modelo de desarrollo sostenible y respetuoso con nuestro hábitat. Que apuestan por otro modelo cultural que potencie la visión crítica y por medidas que combatan la precariedad laboral de la juventud y favorezcan su acceso a una vivienda. Que apoyaron el proceso de paz como forma de alcanzar un final dialogado y democrático al conflicto vasco y rechazan la actual política antiterrorista del Gobierno, subordinada al miedo al PP y sólo basada en medidas policiales y represivas. Que consideran a los trabajadores inmigrantes, ciudadanos con derechos y no un problema. Que consideran la República una forma de estado más democrática que la Monarquía y que 30 años después de la muerte de Franco ya es hora de dar la palabra a la ciudadanía en una democracia más participativa.
Estas han sido y siguen siendo las señas de identidad de Izquierda Unida durante sus 20 años de existencia y que definen un programa de cambio que Izquierda Unida ha defendido y defiende con coherencia, con la fuerza que la ciudadanía nos ha ido dando, durante los Gobiernos de Felipe González, de José María Aznar y de José Luis Rodríguez Zapatero.
Los miles de riojanos y riojanas que comparten con nosotros estos valores quizá todavía tengan dudas de cara al próximo 9 de marzo. Izquierda Unida, con sus aciertos y sus errores, ha tratado de defender con honestidad durante todos estos años el avance de este programa y ha combatido las políticas de la derecha, vengan de donde vengan. Las políticas que se apliquen en nuestro país durante los próximos cuatro años van a estar marcadas por la correlación de fuerzas que surja del próximo Parlamento. No es lo mismo un PSOE que sólo pueda mirar a su derecha para llegar a acuerdos o un PSOE que se vea obligado a mirar hacia un grupo fuerte y en ascenso de Izquierda Unida que tenga capacidad de influir sobre la política de nuestro país. Para ello, todos los votos son útiles. No hay voto más útil que aquel que surge de la decisión libre de cada ciudadano-a. La próxima legislatura puede ser la del inicio definitivo de un programa de cambio social y económico para nuestro país, derrotando a una derecha ultramontana, pero obligando al PSOE a abandonar sus complejos, si una Izquierda Unida fortalecida es decisiva a partir del 10 de marzo. Conocemos las políticas que hizo el PSOE con mayoría absoluta en la época de Felipe González y sabemos las que llevará a cabo si tiene que pactar con partidos de la derecha nacionalista. Solo la fuerza que consiga Izquierda Unida puede ser decisiva para empujar definitivamente España hacia la izquierda e iniciar una segunda transición. A todos esos miles de riojanos y riojanas de izquierdas que comparten nuestros mismos valores, les pedimos, con humildad, el voto, con la conciencia tranquila por lo hecho durante estos 20 años y el compromiso de no traicionarlo.
1 comentario:
Supongo las dificultades que habreis tenido en la Rioja para dejar bien claro que el voto a Iu es un voto útil, por más que sea difícil sacar un diputado por esa circuscripción.
Un fuerte abrazo desde Alpedrete
Publicar un comentario