No le gustan las etiquetas, pero encaja con deportividad la de conservador. José Luis Requero, magistrado, vocal del Consejo General del Poder Judicial, es un acérrimo defensor del modelo tradicional de familia. La Fundación Aramo lo invitó ayer para explicar sus argumentos en una conferencia en Oviedo. Poco antes, atendió las preguntas de este periódico.
-- ¿Realmente cree que se han promulgado leyes contra la familia?
--Lo que creo es que la familia tradicional, como usted dice, sigue siendo la institución más valorada por los españoles. Y creo también que el Estado debería protegerla. En los últimos años, sin embargo, se han promulgado normas en sentido contrario. El ´divorcio exprés´, por ejemplo, es ajeno a la cultura jurídica de los países de nuestro entorno y se acerca más al repudio musulmán, al "Ahí te quedas". La ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, al margen de las dudas sobre su constitucionalidad, desdibuja una institución de miles de años y tiene importantes efectos legales sobre la familia y sobre la adopción.
-- ¿Le molesta que le presenten siempre como representante del ala conservadora del Consejo General del Poder Judicial?
--Si ser conservador, es mantener la independencia, ser un profesional dedicado a su trabajo y no ser un militante con toga, sí entonces soy conservador. Me duele que cuando el consejo emite dictámenes contrarios al Gobierno se dice que estamos teledirigidos por el PP, pero cuando son favorables no se dice nada.
--El Gobierno del Principado --socialista-- prefiere hablar de familias, en plural, que de familia.
--Es un mensaje cada vez más habitual. Para mí, la familia está compuesta de padre, madre e hijos. Existen, claro está, familias monoparentales, de un padre o una madre con hijos, pero no puedo considerar que dos personas del mismo sexo constituyan una familia. La ley, de hecho, más allá de pretender reconocer el derecho de los homosexuales a casarse conlleva un profundo trasfondo ideológico. Los que se han casado han sido cuatro gatos.
--Se lo habrán preguntado más veces, pero y si tuviera un hijo gay.
--Sería algo muy triste. Estaría muy apenado. Una relación homosexual no es natural. Intentaría ayudarle para que rectificará. Es posible.
-- ¿La homosexualidad tiene cura?
--Hablar de curación implica patología. Yo no soy médico ni psicólogo, por eso prefiero utilizar el término rectificar.
-- ¿Así que de ir a su boda mejor no hablamos.
--Jamás iría a la boda de un hijo homosexual porque no creo que sea una boda. Una boda es una fiesta y en eso no hay nada que festejar.
-- Pero casi dos años después de la aprobación de la ley la familia no se ha destruido.
--Es una empresa a largo plazo. Habrá que esperar que pasen 20 ó 25 años. En eso ayudará de forma potente la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. La idea es casi de carambola de billar. Primero, la ley, después, una asignatura y ya tenemos la carambola.
-- ¿Confía usted en que el Constitucional tumbe la ley?
--El derecho constitucional ha llegado a extremos de opinabilidad tales que igual puede ser que sí como que no. Creo que existen razones jurídicas sobradas para valorar la inconstitucionalidad de la norma, pero no me atrevo a decirle qué puede suceder porque puede ocurrir de todo.
-- ¿Y tienen los jueces derecho a la objeción de conciencia para no casar a homosexuales?
--Yo niego que los jueces tengan derecho a la objeción de conciencia porque son un instrumento en la defensa del Estado de Derecho. El juez no puede decidir qué normas aplica y cuáles no. Lo que puede hacer es, sin algunas de las leyes le producen problemas de conciencia, cambiar de jurisdicción.
--El nuevo caballo de batalla de la familia tradicional es Educación para la Ciudadanía. ¿Cabe jurídicamente la objeción de conciencia?
--Dudo que exista en sentido jurídico. Ahora bien, el ordenamiento español reconoce el derecho de los padres a recibir la educación que quieren para sus hijos. Esta materia tiene una intención militante, de ideología única. Es lógica la reacción de los padres. Y más aún de quienes mandan a sus hijos a los centros públicos porque los concertados o privados pueden adaptar la asignatura a su ideario.
-- ¿Habrá acuerdo para renovar el gobierno de los jueces?
--Lo dudo. El PSOE tiene muchas bocas que alimentar. Está a expensas de los nacionalismos, algunos exacerbados, en los que se apoya. Confió en que se aplace hasta ver las mayorías que se configurarán tras las elecciones generales.
-- ¿Realmente cree que se han promulgado leyes contra la familia?
--Lo que creo es que la familia tradicional, como usted dice, sigue siendo la institución más valorada por los españoles. Y creo también que el Estado debería protegerla. En los últimos años, sin embargo, se han promulgado normas en sentido contrario. El ´divorcio exprés´, por ejemplo, es ajeno a la cultura jurídica de los países de nuestro entorno y se acerca más al repudio musulmán, al "Ahí te quedas". La ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, al margen de las dudas sobre su constitucionalidad, desdibuja una institución de miles de años y tiene importantes efectos legales sobre la familia y sobre la adopción.
-- ¿Le molesta que le presenten siempre como representante del ala conservadora del Consejo General del Poder Judicial?
--Si ser conservador, es mantener la independencia, ser un profesional dedicado a su trabajo y no ser un militante con toga, sí entonces soy conservador. Me duele que cuando el consejo emite dictámenes contrarios al Gobierno se dice que estamos teledirigidos por el PP, pero cuando son favorables no se dice nada.
--El Gobierno del Principado --socialista-- prefiere hablar de familias, en plural, que de familia.
--Es un mensaje cada vez más habitual. Para mí, la familia está compuesta de padre, madre e hijos. Existen, claro está, familias monoparentales, de un padre o una madre con hijos, pero no puedo considerar que dos personas del mismo sexo constituyan una familia. La ley, de hecho, más allá de pretender reconocer el derecho de los homosexuales a casarse conlleva un profundo trasfondo ideológico. Los que se han casado han sido cuatro gatos.
--Se lo habrán preguntado más veces, pero y si tuviera un hijo gay.
--Sería algo muy triste. Estaría muy apenado. Una relación homosexual no es natural. Intentaría ayudarle para que rectificará. Es posible.
-- ¿La homosexualidad tiene cura?
--Hablar de curación implica patología. Yo no soy médico ni psicólogo, por eso prefiero utilizar el término rectificar.
-- ¿Así que de ir a su boda mejor no hablamos.
--Jamás iría a la boda de un hijo homosexual porque no creo que sea una boda. Una boda es una fiesta y en eso no hay nada que festejar.
-- Pero casi dos años después de la aprobación de la ley la familia no se ha destruido.
--Es una empresa a largo plazo. Habrá que esperar que pasen 20 ó 25 años. En eso ayudará de forma potente la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. La idea es casi de carambola de billar. Primero, la ley, después, una asignatura y ya tenemos la carambola.
-- ¿Confía usted en que el Constitucional tumbe la ley?
--El derecho constitucional ha llegado a extremos de opinabilidad tales que igual puede ser que sí como que no. Creo que existen razones jurídicas sobradas para valorar la inconstitucionalidad de la norma, pero no me atrevo a decirle qué puede suceder porque puede ocurrir de todo.
-- ¿Y tienen los jueces derecho a la objeción de conciencia para no casar a homosexuales?
--Yo niego que los jueces tengan derecho a la objeción de conciencia porque son un instrumento en la defensa del Estado de Derecho. El juez no puede decidir qué normas aplica y cuáles no. Lo que puede hacer es, sin algunas de las leyes le producen problemas de conciencia, cambiar de jurisdicción.
--El nuevo caballo de batalla de la familia tradicional es Educación para la Ciudadanía. ¿Cabe jurídicamente la objeción de conciencia?
--Dudo que exista en sentido jurídico. Ahora bien, el ordenamiento español reconoce el derecho de los padres a recibir la educación que quieren para sus hijos. Esta materia tiene una intención militante, de ideología única. Es lógica la reacción de los padres. Y más aún de quienes mandan a sus hijos a los centros públicos porque los concertados o privados pueden adaptar la asignatura a su ideario.
-- ¿Habrá acuerdo para renovar el gobierno de los jueces?
--Lo dudo. El PSOE tiene muchas bocas que alimentar. Está a expensas de los nacionalismos, algunos exacerbados, en los que se apoya. Confió en que se aplace hasta ver las mayorías que se configurarán tras las elecciones generales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario