El punta comenta sus sensaciones tras los primeros días en Liverpool en declaraciones al prestigioso diario The Times.
Fernando Torres se encontraba paseando sus dos perros cerca de casa en Madrid –dos Bulldogs que planea trasladar a Liverpool – cuando recibió una llamada de un número desconocido. Normalmente no contesta cuando no sabe quién llama pero, pensando que podría ser una llamada desde Inglaterra, decidió contestar por si se trataba de Cesc Fábregas o José Manuel Reina.
“No recuerdo si dijo, ‘Hola, soy Rafa’ o ‘hola, soy Benítez,’” dijo Torres. El entrenador del Liverpool se encontraba de vacaciones en Portugal una semana después de que acabara la Champions, pero estaba centrado en el fichaje del delantero que podría ayudar a su equipo a dar el salto definitivo en la Premier League. “Estaba sorprendido, pero no me di cuenta de la importancia de lo que estaba escuchando hasta que colgué,” Entonces pensé, ‘este club, que puede fichar a cualquier jugador, me está llamando, me quieren.’”
Un mes y medio después, hace un par de días, Torres llegó a Melwood a las ocho de la mañana para entrenar por primera vez con el Liverpool. No había llegado nadie aún, así que se cambió y desayunó mientras esperaba a que llegaran sus nuevos compañeros. Al primero que saludó fue a Peter Crouch, después a Jamie Carragher y Steven Gerrard, y después abrazó a Reina. A sus 23 años Torres estaba por fin donde todos pensaban que iba a acabar, en uno de los grandes clubes, en un equipo donde jugará por primera vez en competición europea y en el que va a poder cumplir sus sueños.
Lamentablemente no pudo alcanzar el objetivo con el Atlético de Madrid, el club que le vio crecer. Esto resultó claramente doloroso en uno de los últimos partidos de la temporada, una derrota humillante 0-6 contra el Barcelona. “Siempre jugábamos mejor contra el Barça,” dijo Torres. “Era uno de los grandes partidos de cada temporada. Pensamos que aquello demostró que, si las cosas se hubiesen hecho mejor, podíamos haber alcanzado un nivel superior. Pero eso era un sueño y me di cuenta ese día. Tenía que seguir adelante.”
Cuando llegó la oferta del Liverpool, Fernando pidió al Atlético que escuchara la oferta y, si era posible, la aceptara, aunque Benítez no fuera a pagar toda la cláusula de rescisión – 40 millones de euros-. La oferta era alrededor de 25 millones de euros aumentando a 30 millones de euros dependiendo de los objetivos, más Luís García, valorado en 4 millones. Después Torres se fue de vacaciones a la Polinesia y regresó antes de lo previsto porque ya estaba el acuerdo cerrado.
Después de pasar el reconocimiento médico y la firma Fernando pidió el despedirse de la afición en Madrid antes de ser presentado en Anfield. “En uno de los viajes estábamos en la aduana del aeropuerto a la llegada de un vuelo. La gente me reconoció y empecé a firmar autógrafos, pero al mismo tiempo tenia que abrirme paso para avanzar. Enseguida me di cuenta de que mi vida iba ser diferente en Liverpool.”
Torres habla sobre el peso de la responsabilidad que sus espaldas han soportado en el Atlético donde, con 19 años, ya era capitán y la única persona responsable de todo lo bueno y lo malo del club. Estaba acosado, criticado, agobiado...
Hubo gente que le acusó de despedirse de una forma un tanto distante, sin lágrimas. Al recoger la nueva camiseta del Atlético no quiso ponérsela y cuando el presidente le ofreció un abrazo, simplemente le dio la mano.
“No creí conveniente ponerme la nueva camiseta del Atlético cuando ya pertenecía a otro equipo,” dijo Torres. Pero lo que quería decir es que él ya no representaba al equipo que amaba. No había escudo para los directivos que durante ocho años han fallado en el intento de construir un equipo para entrar en Europa. En la rueda de prensa en Anfield Fernando ya no tenía esa presión. Era otro Fernando Torres y, a día de hoy, no ha abandonado la sonrisa que mostró entonces.
“No me importa el clima de Liverpool. Mi novia, con quien vivo, es de Galicia, donde llueve constantemente,” Torres dijo. “Sé que estoy en un club especial, en una ciudad que ha vivido tiempos mejores, pero que está creciendo.”
“Cuando mis amigos me dieron el brazalete con el lema ‘We’ll never walk alone’, el que ellos llevan tatuado en sus brazos, no pensaba en el Liverpool como mi próximo club, pero hay una razón por la que nos gusta esa frase. En el Atlético y mi barrio sabemos bien lo que significa.”
Los entrenamientos son diferentes y Fernando está sufriendo las consecuencias del duro trabajo impuesto por Paco Ayestarán, el segundo entrenador y preparador físico. “Se entrena fuerte aquí, ¿verdad?” dijo. Torres sabe la importancia de la forma física en Inglaterra. “Voy a jugar 20 partidos más que en el Atlético, pero estoy seguro que la adaptación será más fácil, en parte porque conozco a algunos de los jugadores y en parte porque puedo ver en los entrenamientos que el equipo funciona como un bloque. Estoy intentando seguir sus movimientos pero todavía estoy lejos de alcanzar su nivel.”
Sin embargo, otros factores ayudarán en su adaptación. “Podría rendir al máximo con el juego al contragolpe gracias a los balones largos de Gerrard o los pases de Xabi Alonso,” Dijo Torres. “He anotado más goles jugando como delantero de referencia, pero también puedo jugar de segundo punta y hacer el trabajo sucio.”
“Tengo que adaptarme a la distinta intensidad de la Premier League. También corregir algunos hábitos que se aprenden de joven. Habrá un pequeño precio que pagar para aprender, una o dos tarjetas amarillas. Al menos sé cómo funciona, ya que he visto que los árbitros de la Premier League permiten más a los delanteros. En España, si hago una falta me sacan tarjeta amarilla a la primera, pero aquí se permite más el contacto físico.”
Los aficionados del Liverpool tendrán que esperar a los partidos amistosos en Suiza de la próxima semana –contra Werder Bremen o Auxerre– para ver debutar a Torres. Su tobillo está cada vez mejor y está entrenando con normalidad. El delantero jugó los dos últimos partidos de la Liga lesionado para ayudar al Atlético en su intento de conseguir una plaza en Europa.
Ahora tiene pensado mejorar su inglés y ver los DVDs que el club le entregó cuando llegó a Anfield. “Los DVDs tratan sobre ‘The Kop’ y sobre los antiguos jugadores y directivos de este Club. Ya he visto algunos y veré el resto cuando vayamos a China, es un viaje muy largo.” Seis años en el Liverpool pueden considerarse un largo viaje, pero Torres está impaciente por comenzar. “¿Cómo se dice que estoy muy ilusionado en inglés? preguntó Fernando. Se dice “I’m so made up” – en Scouse.
Fernando Torres se encontraba paseando sus dos perros cerca de casa en Madrid –dos Bulldogs que planea trasladar a Liverpool – cuando recibió una llamada de un número desconocido. Normalmente no contesta cuando no sabe quién llama pero, pensando que podría ser una llamada desde Inglaterra, decidió contestar por si se trataba de Cesc Fábregas o José Manuel Reina.
“No recuerdo si dijo, ‘Hola, soy Rafa’ o ‘hola, soy Benítez,’” dijo Torres. El entrenador del Liverpool se encontraba de vacaciones en Portugal una semana después de que acabara la Champions, pero estaba centrado en el fichaje del delantero que podría ayudar a su equipo a dar el salto definitivo en la Premier League. “Estaba sorprendido, pero no me di cuenta de la importancia de lo que estaba escuchando hasta que colgué,” Entonces pensé, ‘este club, que puede fichar a cualquier jugador, me está llamando, me quieren.’”
Un mes y medio después, hace un par de días, Torres llegó a Melwood a las ocho de la mañana para entrenar por primera vez con el Liverpool. No había llegado nadie aún, así que se cambió y desayunó mientras esperaba a que llegaran sus nuevos compañeros. Al primero que saludó fue a Peter Crouch, después a Jamie Carragher y Steven Gerrard, y después abrazó a Reina. A sus 23 años Torres estaba por fin donde todos pensaban que iba a acabar, en uno de los grandes clubes, en un equipo donde jugará por primera vez en competición europea y en el que va a poder cumplir sus sueños.
Lamentablemente no pudo alcanzar el objetivo con el Atlético de Madrid, el club que le vio crecer. Esto resultó claramente doloroso en uno de los últimos partidos de la temporada, una derrota humillante 0-6 contra el Barcelona. “Siempre jugábamos mejor contra el Barça,” dijo Torres. “Era uno de los grandes partidos de cada temporada. Pensamos que aquello demostró que, si las cosas se hubiesen hecho mejor, podíamos haber alcanzado un nivel superior. Pero eso era un sueño y me di cuenta ese día. Tenía que seguir adelante.”
Cuando llegó la oferta del Liverpool, Fernando pidió al Atlético que escuchara la oferta y, si era posible, la aceptara, aunque Benítez no fuera a pagar toda la cláusula de rescisión – 40 millones de euros-. La oferta era alrededor de 25 millones de euros aumentando a 30 millones de euros dependiendo de los objetivos, más Luís García, valorado en 4 millones. Después Torres se fue de vacaciones a la Polinesia y regresó antes de lo previsto porque ya estaba el acuerdo cerrado.
Después de pasar el reconocimiento médico y la firma Fernando pidió el despedirse de la afición en Madrid antes de ser presentado en Anfield. “En uno de los viajes estábamos en la aduana del aeropuerto a la llegada de un vuelo. La gente me reconoció y empecé a firmar autógrafos, pero al mismo tiempo tenia que abrirme paso para avanzar. Enseguida me di cuenta de que mi vida iba ser diferente en Liverpool.”
Torres habla sobre el peso de la responsabilidad que sus espaldas han soportado en el Atlético donde, con 19 años, ya era capitán y la única persona responsable de todo lo bueno y lo malo del club. Estaba acosado, criticado, agobiado...
Hubo gente que le acusó de despedirse de una forma un tanto distante, sin lágrimas. Al recoger la nueva camiseta del Atlético no quiso ponérsela y cuando el presidente le ofreció un abrazo, simplemente le dio la mano.
“No creí conveniente ponerme la nueva camiseta del Atlético cuando ya pertenecía a otro equipo,” dijo Torres. Pero lo que quería decir es que él ya no representaba al equipo que amaba. No había escudo para los directivos que durante ocho años han fallado en el intento de construir un equipo para entrar en Europa. En la rueda de prensa en Anfield Fernando ya no tenía esa presión. Era otro Fernando Torres y, a día de hoy, no ha abandonado la sonrisa que mostró entonces.
“No me importa el clima de Liverpool. Mi novia, con quien vivo, es de Galicia, donde llueve constantemente,” Torres dijo. “Sé que estoy en un club especial, en una ciudad que ha vivido tiempos mejores, pero que está creciendo.”
“Cuando mis amigos me dieron el brazalete con el lema ‘We’ll never walk alone’, el que ellos llevan tatuado en sus brazos, no pensaba en el Liverpool como mi próximo club, pero hay una razón por la que nos gusta esa frase. En el Atlético y mi barrio sabemos bien lo que significa.”
Los entrenamientos son diferentes y Fernando está sufriendo las consecuencias del duro trabajo impuesto por Paco Ayestarán, el segundo entrenador y preparador físico. “Se entrena fuerte aquí, ¿verdad?” dijo. Torres sabe la importancia de la forma física en Inglaterra. “Voy a jugar 20 partidos más que en el Atlético, pero estoy seguro que la adaptación será más fácil, en parte porque conozco a algunos de los jugadores y en parte porque puedo ver en los entrenamientos que el equipo funciona como un bloque. Estoy intentando seguir sus movimientos pero todavía estoy lejos de alcanzar su nivel.”
Sin embargo, otros factores ayudarán en su adaptación. “Podría rendir al máximo con el juego al contragolpe gracias a los balones largos de Gerrard o los pases de Xabi Alonso,” Dijo Torres. “He anotado más goles jugando como delantero de referencia, pero también puedo jugar de segundo punta y hacer el trabajo sucio.”
“Tengo que adaptarme a la distinta intensidad de la Premier League. También corregir algunos hábitos que se aprenden de joven. Habrá un pequeño precio que pagar para aprender, una o dos tarjetas amarillas. Al menos sé cómo funciona, ya que he visto que los árbitros de la Premier League permiten más a los delanteros. En España, si hago una falta me sacan tarjeta amarilla a la primera, pero aquí se permite más el contacto físico.”
Los aficionados del Liverpool tendrán que esperar a los partidos amistosos en Suiza de la próxima semana –contra Werder Bremen o Auxerre– para ver debutar a Torres. Su tobillo está cada vez mejor y está entrenando con normalidad. El delantero jugó los dos últimos partidos de la Liga lesionado para ayudar al Atlético en su intento de conseguir una plaza en Europa.
Ahora tiene pensado mejorar su inglés y ver los DVDs que el club le entregó cuando llegó a Anfield. “Los DVDs tratan sobre ‘The Kop’ y sobre los antiguos jugadores y directivos de este Club. Ya he visto algunos y veré el resto cuando vayamos a China, es un viaje muy largo.” Seis años en el Liverpool pueden considerarse un largo viaje, pero Torres está impaciente por comenzar. “¿Cómo se dice que estoy muy ilusionado en inglés? preguntó Fernando. Se dice “I’m so made up” – en Scouse.
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